lunes, 4 de noviembre de 2019
Platón
afirmaba que el hombre era esencialmente alma y que cuando la hora de la muerte llegaba, el cuerpo mortal (cárcel del alma) moría, pero su alma, que era
inmortal, vivía eternamente. La doctora Elizabeth Kübler-Ross, tras estar en
contacto con numerosos enfermos terminales concluyó que la teoría platónica no
se alejaba tanto de la realidad y lo plasmó
en “La rueda de la vida”. Ella comparaba al alma con una mariposa en un
capullo de seda, y al igual que este capullo encierra a la futura mariposa, el cuerpo
aprisiona nuestra alma; cuando morimos nos liberamos de todos los males y somos
libres como la bella mariposa. Una vez el alma es liberada vuelve a su hogar
que en el caso de Platón es el mundo inteligible.
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